El expresidente rompió el silencio tras la denuncia por estafas y se desligó de los brokers beneficiados por contrataciones de la ANSES.
En las últimas horas, el expresidente Alberto Fernández se desligó del escándalo del negocio millonario con los seguros que contrataba la ANSES durante su gestión, por el cual fue denunciado, y aseguró: “Yo no pedí por nadie”.
Una auditoría realizada por el gobierno de Javier Milei detectó irregularidades en el organismo público vinculadas a las intermediaciones en los seguros, por lo que la mirada recayó sobre Fernández, no solo por tratarse de una decisión que se tomó durante su mandato, sino también por ser un área que conoce en profundidad y por los vínculos que mantiene con dos personas que fueron claves en ese esquema.
El expresidente es acusado, entre otros delitos, de malversación de fondos públicos, violación de deberes de funcionario y abuso de poder debido a los contratos de gestoría dados de alta durante su presidencia a favor de su amigo, Héctor Martínez Sosa, esposo de la histórica secretaria privada del expresidente, María Cantero.
De qué acusan a Alberto Fernández
Diversas fuentes afirman haber recibido llamadas de Cantero, quien ha sido colaborador de Alberto Fernández durante 30 años, solicitando en distintas entidades gubernamentales la designación de Martínez Sosa como proveedor de seguros.
El decreto de Fernández establecía que los contratos deben realizarse mediante convenio interadministrativo para la administración central, mientras que otras entidades como empresas públicas y entes fiduciarios deben seguir los procedimientos de sus respectivos regímenes de contratación. Se prohíbe explícitamente la subcontratación de las pólizas, aunque no se menciona expresamente la exclusión de gestores.
“ Dudo que ella haga una cosa así; si lo hizo, no lo avalo; ninguno te va a decir que pedí por alguien; yo lo dudo, pero no puedo garantizar que ella no haya hecho una cosa así; si fue así, se extralimitó”, dijo el expresidente sobre su asistente histórica y esposa de su acreedor.
Fernández aceptó un vínculo de amistad con Martínez Sosa, aunque negó que haya hablado con él sobre sus contratos con el Estado. «No se trata de un Lázaro Báez», defendió el expresidente a su amigo, a quien según reprodujo el diario La Nación, lo definió como uno de los productores de seguros más grandes del país y recordó que tuvo negocios con la gestión de Mauricio Macri.
No obstante, sostuvo que al esposo de su secretaria hace «uno o dos años» que no lo ve. Fernández y Martínez Sosa se conocen hace cerca de 30 años, de cuando el propio expresidente tallaba en el mercado de los seguros: durante el menemismo fue superintendente del área, uno de sus primeros cargos públicos.
El expresidente también dejó trascender que no tenía buenas referencias de Pablo Torres García, otro bróker involucrado en la trama. Y negó que haya participado de una reunión entre Martínez Sosa y Alberto Pagliano, presidente de Nación Seguros y allegado tanto al bróker como al exmandatario.
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